Por fin llega la mañana, con un frio animoso. La noche en el terminal fortalecería mis ánimos. La idea, del día, prepararme para hacer un breve reconocimiento de Pasto y dirigirme a la Universidad de Nariño a trabajar, después de haber pagado $20.000, mi bolsillo desnutrido, me obligaría a buscar algo de recursos para sortear los días allí en Pasto.
Después de guardar la maleta tipo desde del sur, en el terminal, solo $2.000 por 24 horas, cumplí al pie de la letra lo pensado, claro sin bañarme.
El trabajo en la universidad de Nariño, animarían a mil bolsillo., después de recibir la noticia de que tendría hospedaje en una casa de familia; los días en Pasto pronosticaban, pensaba, un éxito rotundo, como efectivamente sucedió.
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